Terrazas de cultivo

Las comunidades originarias andinas, como los Likanantay, Quechuas y Aymaras, presentes en la cordillera de los andes de Alto Loa, han empleado la técnica ancestral de los cultivos en terrazas. La gran mayoría de las terrazas se han heredado de los antiguos, son construcciones monumentales que desafían la ingeniería y la hidráulica. Probablemente originadas por la necesidad de ampliar áreas de cultivos en zonas abruptas, aprovechar mejor el agua y/o encontrar protección contra heladas, además de influir factores como el clima, la humedad, y terrenos con pendientes.

Las terrazas en Alto Loa presentan una composición muy variada que torna dinámico el paisaje. La técnica más habitual para ocupar el espacio es construyendo muros de contención, de acuerdo a las medidas del terreno. La misma cota de nivel es trabajada, asegurando así, que el terreno no se erosione ni desgaste por efecto del viento y de la lluvia. De esta forma las terrazas cumplen una doble función, aprovechar los terrenos y extender su vida útil. Los poblados de Alto Loa, como Toconce, Cupo, Paniri, Caspana y Ayquina cuentan con terrazas de cultivo, donde son cultivados, durante todo el año, casi todo tipo de verduras, hortalizas y árboles frutales.